martes, 29 de septiembre de 2009

capítulo 15

Cotilleos

(Punto de vista de Sony)


Había tardado poco en llenar mi archivador de fotos de Ram y yo. Por todos lados labios y corazones aparecían dibujados, y en mi mesa había un corazón con nuestros nombres escritos en su interior. En los ojos de Clara-mi compañera-brillaba la curiosidad en estado puro, pero tampoco quería fardar directamente, esperaría a que ella me preguntara, y después haría correr la voz…

-Y ¿qué tal te va?- cada vez más deseos por saber de Ram.

-Pues genial. ¿Y tú?

-Bien a secas… ¿y… se puede saber por qué estás genial?

-Por él… señalé a Ram en una foto en la que nos besábamos.

-¿¡No me jodas que tienes novio!?-Sonreí y asentí.-¡Qué suerte!

-Bueno es que nos queremos tanto… nos llevamos dos años pero el amor no tiene edad.

-¿Y encima mayor? Jo tía, dime de dónde los sacas.

-No los busco, pero me encuentran…-dije misteriosa.

-Ojala alguien así me encontrara a mí.

-Fijo que llega algún día.

-Sí… pero bueno cuéntame más de él.

Le conté nuestras besos apasionados las tardes que nos pasábamos juntos, las noches que escapaba para encontrarme a escondidas con él… llevábamos ya una semana juntos y nos queríamos demasiado… mientras Clara asentía con la boca abierta, no se atrevía a decir nada con peligro de perderse algún detalle, por fin sonó el timbre.

-Bueno me tengo que ir… he quedado con él.

-¡Vale! Ya hablaremos. Chao.- nos despedimos con dos besos en las mejillas y bajé las escaleras corriendo atropellando a todo aquel que se interpusiera en mi camino, salí por la puerta principal aunque a esas horas había un tapón alucinante, pero como era delgada y escurridiza pude salir en apenas unos segundos. Y allí estaba él, apoyado en su coche, jugueteando con el móvil. Me quedé como una tonta mirándole, casi me hacía falta un babero, si es que se me caía la baba… levantó la mirada… ay su mirada esos ojazos marrones… nos miramos y sonreímos, no aguantaba más parada, tenía sed de sus labios, quería compartir saliva. Eché a correr hacia él, nos abrazamos, ya volando por los aires colgada de su cuello y el agarrándome de la cintura. Me sentó en el capo del coche, nos miramos, poco a poco acercó su rostro al mío, demasiado despacio, le tiré de la camiseta atrayéndolo hacia mí, nuestros labios encajaban tan bien, nuestras lenguas juguetearon un rato en la boca del otro, me empezó a mordisquearme los labios, cuanto adoraba eso… sin separar sus labios de mí se acercó a mi oreja.

-Deberíamos parar, o al menos no hacerlo aquí, no me gustaría que todas estas personas sean testigos de nuestra… pasión.

Le chupé la oreja, y le besé en la mejilla, y por fin nos separamos.

-¿Qué, vamos al asiento trasero del coche?- dije guiñándole un ojo.

Me sonrió y entramos en el coche, pero delante no atrás.

-¿Qué tienen esos asientos, acaso no prefieres una cama?

-Supongo que será más cómoda, pero es que esos cristales tintados me llaman, quieren ser testigos de algo…

-Tal vez algún día lo sean, pero ahora es muy ponto, ¿no crees?

miércoles, 23 de septiembre de 2009

capítulo 14

Irremediables Celos…

(Punto de vista de Jenny)


Sony y Ram se habían pasado toda la mañana coqueteando en la comisaría y si no tenían suficiente con eso ahora también lo hacían en el sofá. Ajjj no soporto a los enamorados, ¿así de tonta parecía yo con Rob? Bueno él y yo no coqueteábamos directamente íbamos a la acción, me sonrojé de esos recuerdos que ahora parecían tan lejanos.

-Entonces… ¿Estáis…?- ni mi padre podía decir dos palabras seguidas sin casi tartamudear.

Sony y Ram le miraron confusos sin comprender, de repente parecieron caer en la cuenta porque se sonrojaron y se miraron de reojo.

-¡Oh! En realidad no se lo he pedido oficialmente…- respondió Ram pésimamente, lo acababa de conocer y ya me caía mal, se giró hacia mi hermana la miró a los ojos, dudó instante, se giró hacia mi padre-. ¿Me darías permiso para salir con Sonia?

Mi padre alzó una ceja sorprendido, mi madre se removió un sus sillón inquieta, Sony entre asustada por la respuesta de mi padre y enfurecida por que no le preguntara a ella sino a él los miraba a los dos calibrando sus miradas.

-Solo si prometes cuidar bien de ella.- Respondió pausadamente mi padre.

Ram sonrió.

-Sonia… ¿Quieres salir conmigo?

A ella se le humedecieron los ojos, pero antes de eso me envió una mirada de superioridad, le miró y asintió con la cabeza, se besaron apasionadamente. Se me había desencajado la mandíbula, estaba que casi echaba fuego por la boca, haciendo el mayor ruido posible al caminar me encaminé rápidamente a mi habitación, la abrí de mala leche y la cerré de un portazo tan grande que hasta tembló el suelo.

-¡JENNY COMO PEGUES OTRO PORTAZO EN ESTA CASA TE LARGAS AHORA MISMO!- escuché que gritaba mi madre, se oyeron risitas, ¡¡ajjj!! ¡No aguantaba más! Hice la maleta (bien hecha no como la mochila de Sonia) y me vestí. Bajé las escaleras abrí la puerta de la calle.

-¿A dónde te crees que vas?

-¡YO QUE SÉ!- salí de la casa y pegué otro portazo en las narices a mis padres.

-¡VUELVE AHORA MISMO AQUÍ!- eché a correr.

-¡JENNY!

Mi padre corrió tras de mí, me agarró, era ridículo, pataleé, le mordí le arranqué alguno de los escasos pelos que poblaban su cabeza, pero finalmente él consiguió retenerme entre sus brazos, era muy fuerte, demasiado… mi madre pasó a mi lado recogió la maleta, levantó la mano y me pegó un tortazo en la cara.

-No pienso ir dos veces en el mismo día a comisaría, ahora mismo entras en casa y te comportas como una persona normal.

-Me comportaré como una persona normal cuando vosotros abráis los ojos.

-No me replique así.

-Es que es la verdad, parece que soy la única que tiene cabeza aquí.

-¿Qué tiene cabeza? ¿Y eso por qué? Si es porque te preocupa tu hermana no te irías a yo que se dónde, te quedarías aquí cuidándola.

Por mucho que me doliera tenía razón. Por mis mejillas ya resbalaban amargas lágrimas.

-Déjala solo está celosa.- Dijo Sony desde detrás de mi madre, Ram la abrazaba por detrás.

-¡Tú te callas enana!

-¡No me llames enana!

-¡Vale ya las dos! ¡Que sois hermanas por el amor de Dios!

Las dos le enviamos una mirada furiosa y rabiosa a mi padre, que ante tanta ira se encogió un poco.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Capítulo 13

Diario (1)

(Punto de vista de Rob)



Sábado


¿Cómo se atrevió a dejarme? Esa puta zorra, que cara puso cuando la amenacé… Bueno he decidido hacerle una visita esta mañana y me a pegado un portazo en las narices, suerte que la tonta de su hermana a saltado de una ventana, en fin, he llamado a un médico, y a la policía así puedo pensar mejor, si está sana y salva puedo hacer algo… bueno ya pensaré en algo… voy a verla, las drogas habrán perdido su efecto.

Uff, será tonta pero tiene un cuerpazo la chica, hoy la e visto con solo una toalla, había escondido su mochila para que saliera del baño sin nada, y a surtido efecto, también he puesto mi pose sexy para que se fijara en mí, si es que no se no se me escapa ni una tía… sobre todo las de esa familia, primero Jenny, luego su hermana y su madre hasta me toco el culo una vez… si es que estos genes de hoy en día.

Hemos visto una película de tías, Crepúsculo… bueno ha sido insoportable, esas pelis solo son para adolescentes con hormonas revolucionadas pero mi plan es ligármela así la podré manejar mejor… la cosa es su hermana, sé que no le caigo bien… y después de lo que le dije no me dejará acercarme a ella, ahora estoy pensando, se ha quedado dormida pegadita a mí, la he tenido que subir a la habitación, que poquito pesa y que culazo más buenorro tiene, se lo e podido tocar a gusto… bueno el culo y otras cosas…



Domingo


Hoy mi queridito hermano Ram nos ha hecho una “visita”, aunque eso me ha dado una idea, le he dicho a Sonia que soy Ram, y se lo ha tragado. He visto como me miraba, me parece que se esta colando por mí, le he llevado a casa, total lapuelo controlar, ahora somos algo así como novios. Cuando he entrado en el coche le he dado un morreo, por lo visto su primer morreo, así que se me habrá puesto algo calentorra el primer beso siempre deja esa impresión. Cuando hemos llegado a su casa la capulla de su hermana me ha pegado y han bajado sus padres, se ha montado una bronca… hasta había llegado la poli, al menso nos han soltado prontito, y no se ha plantado nada en mi expediente, ni secuestro ni paridas de esas. La verdad es que nunca habría puesto vengativo como una de mis cualidades pero es que nunca había sido rechazado, siempre tenía a todas las tías a mis pies, nunca había pensado que alguna de ellas me pudiera dejar, además Jenny estaba nuevecita, solo con decir que la había desvirgado yo… en fin, tal vez sea cosa del destino, tal vez yo sea el ángel negro de esa familia… Porque vengativo no era (o eso creía), pero cumplir mis promesas- o amenazas- sí que lo hago.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Capítulo 12

El primer beso

(Punto de vista de Sony)


Subí corriendo las escaleras contenta de acabar ya con mi captura. Tampoco es que hubiera sido el peor secuestro de la historia, si asta en el fondo le había cogido cariño a Ram, ¡y no es el síndrome de Estocolmo!, bueno en el fondo no… no sé, me cae bien y eso… pero… es imposible ¿no? Quiero decir… es que… solo nos conocemos de un día. No sé estoy muy confusa, esto… no es normal… en fin. Así a lo tonto me he vestido y ya estoy en el coche de Ram, aún no a llegado el, está buscando las llaves… desde aquí se ve la puerta abierta de la casa y se le ve agachado… que culo… ¡Dios! ¿Pero qué me pasa? Ajjj ¡asco de adolescencia!

-¿Las has encontrado?

-¡Sí!-ay que sonrisa.- ¿Te puedo dar un regalo?

-¿Eing?

-Por favor, es muy importante para mí…

No me dio tiempo a decir nada más, se lanzó hacia mí y me besó, estaba demasiado sorprendida para apartarle y cuando empezó a mordisquearme los labios cerré los ojos le pasé los brazos por el cuello y el me rodeó la cintura. Nuestras lenguas experimentaron territorio desconocido, la mía torpe, la suya experta. Con la misma rapidez con la que se acercó a mi se apartó, suspire y, jadeando, recuperé todo el aire que mis pulmones necesitaban, abrí los ojos lentamente, con una sonrisa tonta plasmada en la cara, observé los ojos de Ram, se separó un poco de mí, sentía el corazón a cien por hora, mi primer beso, un beso robado…

-Gracias.- Me dijo. No pude decir nada, tenía la boca seca, metafóricamente hablando porque si algo me sobraba era saliva, así que en vez de decir algo incoherente e inaudible le sonreí, acerque mis labios a los suyos otra vez pero en vez d otro morreo solo le di un pico. Nos sonreímos, algo cohibidos nos separamos y nos atamos los cinturones de seguridad.

Íbamos en silencio, yo no habría dicho que fuera incómodo, pero veía que Ram sujetaba el volante con demasiada fuerza, él sí estaba incómodo.

-¿Por qué me has besado?

-¿Siempre eres tan directa?

-Sí, para que andarte con rodeos.- Dije encogiéndome de hombros. Soltó una risita nerviosa para ponerse serio de nuevo, me miró de reojo y titubeo un poco antes de hablar.

-No sé, sé que solo ha sido un día, no debería sentir nada… pero estaba confuso, pensé que si te besaba sabría si estaba pillado por ti o no…

-¿Y qué has sentido?

-Que estoy pillado por ti.- Se puso rojo hasta las orejas y me parece que mi reacción fue la misma.

-A mí me a pasado lo mismo… pero no sé… es mi primer beso así que no estoy segura.

-¿¡Tu primer beso!? ¡Oh, dios!- empezó a pegarse cabezazos contra el reposa cabezas.

-Lo sé es ridículo no me lo restriegues por la cara.- Dije enfurruñada.

-No es por eso Sonia, es tu primer beso, lo recordarás toda la vida, un beso robado… no es digno, imagínate si tus hijos te preguntan…

-Pues les diré que tuve el primer beso con el primer chico por el que me pillé y que no me arrepiento de ello.

-No lo entiendes… cuando crezcas te arrepentirás.

-Pues haz que no me arrepienta.- Le dije desafiante. Rió mientras negaba con la cabeza y al final acabamos los dos partiéndonos de risa.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Capítulo 11

Deseo

(Punto de vista de Jenny)


Nuestra reputación del prototipo de familia envidiable por su felicidad, vecinos agradables, simpáticos que nunca se meten en problemas, había pasado a la historia, al final habíamos acabado en comisaría esposados, los policías negaban con la cabeza lamentablemente, yo me había acurrucado en una silla, enfadada con todos, con mis padres por haberle dado la razón de que teníamos que escuchar a Sonia y a Rob, con mi hermana por haberse unido a mi ex, y a Rob… bueno simplemente le odiaba. Mis padres estaban rojos de vergüenza, ni siquiera se habían atrevido a levantar la vista, permanecían cogidos de la mano en silencio y mirando al suelo. Sony había apoyado la cabeza en el hombro de Rob, y él jugueteaba con el pelo enredado de mi hermana. Parecían los únicos contentos de estar aquí.

-A ver ¿me podría alguien explicar que ha ocurrido?- dijo uno de los policías.

Todos se dirigieron unas cómplices miradas, pero yo no me moví, al final mi padre tomó la palabra.

-Sonia, había desaparecido, y volvió a casa con Roberto, que es el exnovio más reciente de nuestra otra hija Jennifer. Jenn pensaba que él la había secuestrado, y al verlos aparecer quiso atacar a Rob, nosotros alarmados por el jaleo bajamos e intentamos poner un poco de orden pero al final acabamos tirándonos los unos a los otros de los pelos, supongo que los vecinos os llamarían.

El policía asintió tratando de memorizar todo ocurrido, nos miró detenidamente uno a uno y después le dio permiso a mi hermana para que hablara.

-Él no es Rob.- Dijo simplemente, levanté la cabeza extrañada y me quedé mirando a Rob, o quien quisiera que fuera.

-¿A qué te refieres?- la interrogó el policía.

-Son hermanos gemelos, este es Ram, quiero decir Ramón. Rob no se lo había dicho a mi hermana porque Ram vivía fuera de aquí y no quería que ella se hiciera un lío.

Todos nos quedamos en silencio mirando a Ram, ahora que Sony lo decía sí que notaba un poco diferente a Ram, sus ojos… eran más claros, en vez de ser el marrón chocolate de Rob eran un todo más claro, entre oro y chocolate, al ver mi mirada de confusión el me dedicó una tímida sonrisa y volvió a bajar la vista hacia el pelo de mi hermana. Ella se recostó aun más en su hombro y él la rodeó con sus musculosos brazos, tal vez hubieran sido imaginaciones mías pero creía haber visto en los ojos de mi hermana… ¿deseo? No lo sé… pero todo era muy confuso, volví a dejar caer mi rostro en mis manos, el pelo ocultó mi cara, pestañeaba insistentemente para que las lágrimas no se escaparan, mi hermana era demasiado pequeña para él. Una chica de catorce… si acababa de entrar en la adolescencia, claro que había deseo en sus ojos, deseo de probar cosas nuevas, y había encontrado aparentemente al chico perfecto, los dos se abrazaban y eso que solo había transcurrido un día. Pero por lo que lloraba era por otra razón muy diferente… sentía celos, vaya tontería… pero era cierto, no me lo podía negar.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Capítulo 10

Reencuentro

(Punto de vista de Jenny)


Me dieron el alta ese mismo día, cuando volvíamos a casa el coche estaba sumido en el más profundo de los silencios, pero daba igual, cada uno iba absorto en sus propios pensamientos. La cosa cambió cuando llegamos a casa, la wii seguía sacada, la pie de las escaleras había dos pequeñas manchitas de sangre, seguramente me había hecho las heridas al caer por las escaleras, las alfombras con la que me había topado en mi intento de salvar a Sony estaban arrugadas y apartadas, todo en esa sala recordaba a la desaparición de Sonia, por eso el silencio se hizo algo incómodo, mis padres subieron a su habitación a cambiarse, yo me quedé abajo, parada, no me había movido, solo mis ojos presentaban algo de movimiento, recorriendo cada rincón, recordando a mi hermanita, se empezaron a llenar otra vez de lágrimas, parecía imposible que aún me quedaran lágrimas por derramar, pero así era, pestañeé varias veces para que no se derramaran sobre mis mejillas, lentamente me acerqué a la puerta, quería salir al jardín, contemplar el lugar donde debería de haber encontrado a Sony. Caminé lenta y pesadamente, escuché pasos al otro lado de la puerta, me dio igual, fuera quien fuera no me interesaría lo más mínimo, solo quería ver a Sony, y sabía que ella no estaría al otro lado de esa puerta, bajé el picaporte, tenía la cabeza gacha por lo que no vi quien era ese alguien que estaba en nuestro jardín. Pero eso no duró mucho tiempo, aún no había dado ni dos pasos cuando alguien me agarró fuertemente, abarcó mis brazos, mi pecho, apretó aún más casi cortándome la respiración, asustada me giré hacia mi captor, esta vez no pude hacer nada por evitar que mis lágrimas se derramaras a litros por mis ojos, era… era… simplemente IMPOSIBLE. No podía pronunciar una sola palabra, me había quedado muda.

-Vaya, pensé que te alegrarías más al verme.- Dijo con una voz totalmente relajada y despreocupada.

-Yo… yo… no… ¿Co… cómo…?- A penas podía producir sonido alguno.

-Es una larga historia… ¿qué tal si entramos y te lo contamos todo?- Sony tenía un brillante sonrisa y sus ojos resplandecían de felicidad. Redujo su abrazo, por fin tuve mis brazos libres, y yo incapaz de hacer cualquier otro movimiento caí de rodillas ante ella y le abracé la cintura.- Tranquila… estoy bien, tú misma me estás viendo…

Se arrodilló junto a mí y también me abrazó, juntas lloramos, pero estas lágrimas ya no eran amargas, ya no eran esas lágrimas cargadas de miedo, odio, o cualquier otro sentimiento desagradable, estas lágrimas eran de pura felicidad, ella había vuelto a casa… juntamos nuestras frentes, la mía estaba algo caliente de fiebre, mientras había corrido gritando el nombre de mi hermana había conseguido coger un catarro, era única para los desastres. Entonces me dí cuenta mi hermana me había dicho “te lo contamos”, ¿contamos? Levanté la vista, y allí le vía, con las manos dentro de los bolsillos de un pantalón baquero, mostraba una tímida sonrisa al ver nuestro reencuentro, pero no me fijé a penas, el hecho de tener a Rob cerca no me agradaba, solté un grito, aparté a Sony, la puse a mi espalda con además defensivo y le planté cara.

-¡Jenn, te he dicho que es una larga historia, déjanos explicarnos!

Apenas la escuché, me lancé encima de Rob con los puños cerrados, le pegué un puñetazo en la cara, sonó un crujido, el se encogió, se tapó la cara, de entre sus dedos salían varios hilillos de sangre, sangre oscura, esa visión me dio arcadas.

Pero no me dio tiempo a pegarle otro puñetazo, mis padres bajaron corriendo asustados por mi grito.