lunes, 24 de agosto de 2009

Capítulo 7

Secuestrada

(Punto de vista de Jenny)


Sonó la puerta, pegué un brinco y luego me relajé, seguramente sería el cartero con algún paquete que había pedido por Internet, abrí la puerta intentando peinarme el pelo con los dedos para no dar una imagen demasiado loca. Pero no fue el cartero al que encontré al otro lado de la puerta, sino que fue Rob. Me quedé con la boca abierta, precisamente él era la última persona que esperaba encontrarme.

-Emm… Hola Jenn.

-¿Qué… qué haces aquí?- tardé en recomponerme un poco de la sorpresa-¡Fuera!

-Escúchame por favor, solo te pido un minuto… no sé que me pasó, lo siento de veras, sabes que sería incapaz de cumplir esa amenaza, por favor Jenn…- él recogió entre sus dedos una de mis manos y la besó delicadamente, yo la aparté violentamente haciendo un esfuerzo enorme para no llorar.

-Largo de aquí, por favor…- casi fue un susurro pero el pareció oírlo y se fue.

Cerré la puerta y me hice una bola, no levanté mi rostro hasta que supe que no me volvería a entrar ganas de llorar, y me preocupé por otras cosas.

¿Y Sony?

-¡Date prisa Sony!

-¡Sí!

Escuche ruidos extraños y me dispuse a subir por las escaleras.

-¿Sony? ¿Qué haces?

Llegué a la puerta de la habitación, y vi a Sony asomada a la ventana.

-¿¡TE HAS VUELTO LOCA!?

No supe a ciencia cierta si cayó por el susto o simplemente saltó. Grité, corrí hacía la ventana, la llamé, no se movía, bajé corriendo las escaleras, caí, sentía el pantalón rasgado y mis rodillas arañadas, pero no me importó, mi cabeza solo tenía un pensamiento <>. Llegué al jardín, no había nadie, imposible… miré hacia todos los lados, mis gritos habían llamado la atención de algún vecino, que ahora se asomaba curioso por la ventana, llorando caí de rodillas en la hierva, sin saber que hacer eché a correr por todo el vecindario gritando el nombre de mi hermana, ahora todos mis vecinos me miraban desde sus respectivas casas.

-¡SONY! ¡SONY! ¡POR FAVOR, SONIA! ¡AYUDA!

No paraba de repetir lo mismo, ya casi ni veía a causa de las lágrimas, y mis sollozos ahogados apenas me permitían decir con claridad el nombre de mi hermana. Caía constantemente, el pijama ya estaba lleno de sangre y tierra, las manos me escocían, era como si miles de agujas atravesaran mi piel, no podía más, si seguía gritando corriendo y sollozando acabaría ahogada, pero me daba igual, Sony estaba en peligro, y todo por mi culpa, me empezaba a marear cada vez más, caí de bruces contra el suelo, lloraba desconsolada, grité, ahora oía pasos acercándose a mí, lo único que pude hacer fue indicarles en un susurro lo que tenían que hacer.

-Fuera, buscad a Sonia, ella es lo importante… solo ella… Rob… tenéis que encontrarles…- mi voz fue quedando más y más ahogada y por fin perdí el conocimiento.

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