sábado, 29 de agosto de 2009

Capítulo 9

Hermanas Pequeñas…

(Punto de vista de Jenny)


Desperté en un hospital, mis padres aún llevaban los trajes de fiesta de ayer, me miraban con los ojos rojos e hinchados.

-Mamá, papá…-mi voy apenas fue un susurro, sentía la garganta seca, los ojos me escocían, las rodillas me ardían, y en mi cabeza aún quedaban esos últimos momentos en los que había intentado encontrar a mi hermana.

-Cariño, no hagas esfuerzos…- la voz de mi madre sonaba rasgada, rota por tanto y tanto llorar. Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas, mi padre le puso una mano en el hombro que ella rozó con sus largos dedos.

-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?

-Un día- dijo mi padre- es la una del mediodía.

Abrí los ojos tanto como podía, intenté levantarme mis padres me frenaron.

-Tienes que esperar…

-Pero Sony…- dije entre sollozos- Tengo que encontrarla… todo ha sido culpa mía…

-¿Qué ocurrió?- un policía nos observaba desde la puerta.

-El médico ha dicho que no haga esfuerzos.

-Mamá, tienen que encontrar a Sony…- mi madre quedó callada y con una angustia enorme asintió una sola vez dándome permiso para contarle todo lo que sabía.- Verás, yo estaba con un chico “malo” ya sabes que últimamente son los más cotizados, ayer cuando llegué a casa el me acompañó, Sony estaba muy asustada, es muy miedosa y con la tormenta eléctrica que había… ya se imagina usted. Yo le dije que me quedaría con ella y él protestó, me cabreé y corté con el… y entonces el me dijo…- se me quebró la voz, el policía compadecido me dejó llorar en paz.

-Será mejor que nos des los datos de ese ex tuyo, iremos a hacerle una visita.

-Roberto Sánchez Gutiérrez.

El policía lo apuntó en la libreta y me dedicó una media sonrisa.

-Tranquila, todo se solucionará, cuando estés mejor me dices esa cosa que te dijo…

Asentí, giré el cuello orientando mis ojos llorosos a mi madre.

-Lo siento… todo fue por mi culpa.

-Cariño… no digas esas cosas, no es cierto, tú no podías hacer nada.

-¿Entonces por qué se intentó escapar? Intentó salir por la ventana, pero yo la asusté y cayó, después desapareció, todo ha sido culpa mía.

-Jenny, eres la mejor hermana que se pudiera desear, y la mejor hija, si se fue sería por otra razón, no por ti…- me dio un beso en la frente y se fue al baño, mi padre ocupó su puesto en la silla y me cogió de la mano.

-¿No…? ¿no se iría por nosotros verdad?

-No papá, ella… estaba preocupada por vosotros, yo le quité importancia, sabía que estaríais con vuestros jefes aún por ahí. Y tal vez unió lo de Rob con vosotros…

Sonrió con cierta tristeza.

-Típico de ella…

-Sí… ella y sus paranoias.- Nos quedamos en silencio navegando entre nuestras fantasías.- Espero que no le haya pasado nada, ella… yo… no se que haría si no la tuviera, creo que si ella cayera yo iría detrás.

-¡No digas eso! ¡Primero porque va a volver a casa sana y salva, y segundo porque no te permitiré que tu también caigas! ¡Y para pesimistas ya estoy yo!

-Lo siento papá…

Respiró profundamente.

-Tranquila… es que… esto me esta volviendo loco…

-A todos nos vuelve locos papá, para algo se inventaron las hermanas pequeñas…- le dí un pequeño apretón en la mano que él tenía aferrada a mí y el me la devolvió junto a otra de sus tristes sonrisas.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Capítulo 8

Ram

(Punto de vista de Sony)


-¿Qué haces aquí Rob?

-Que yo sepa vivo aquí.

-No, tienes un apartamento compartido con tus compañeros de Bach. Largo de aquí.

-Ni que te molestara mi presencia hermanito…

-Tal vez me moleste, largo.

-Bueno… teniendo en cuenta que papá y mamá no están aquí supongo que tienes el control de esta casa, así que me iré, pero puedo volver en cualquier momento, no lo olvides.- Dicho esto el aparentemente Rob se fue.

El “otro Rob” suspiró, y me llamó.

-¡Sonia, ven a la cocina, te tengo que contar algo!

Temblando abrí la puerta del armario en el que me había ocultado, aún tenía el cuchillo en la mano y lo mantuve bien alto, aunque sabía que no iba a ser capaz de utilizarlo si llegaba a producirse el caso.

-¿Quién eres?

Él suspiró, en sus ojos se veía que estaba avergonzado y triste a la vez.

-Yo… verás… él… es Rob, es el ex de tu hermana, y yo soy su hermano, vine hace dos semanas aquí, a él no le había dado tiempo a contárselo a Jenn, no quería que te enteraras así.

-¿Quién eres?-repetí.

-Soy Ramón, Ram para los amigos, soy 5 minutos más mayor que él, tengo 16 años, me fui a Madrid a estudiar, pero e decidido volver aquí, no aguantaba más ese ritmo de vida, y bueno, siempre e sido más romántico y pensé que si iba a hablar con ella se desenfadaría y volvería con él. Siento haberte mentido, haberos mentido…

-¿Me vas a llevar a casa?

-Claro, yo… bueno, espero que no te enfades demasiado, me gustaría ser tu amigo.

-¿Me secuestras y quieres ser mi amigo? Además ¿cómo voy a diferenciarte del cabrón de tu hermano?

-Fácil, mira yo tengo en el cuello una marca ¿la ves?

Me acerqué, tenía una marca, probablemente producida por un accidente infantil.

-Eso tuvo que doler…

-No lo recuerdo, siempre e tenido la cicatriz, según mi madre me caí de la cuna y me clavé un juguete.

Nos quedamos un instante en silencio, pensativos… Hasta que yo rompí el silencio.

-Mira Ramón…

-Llámame Ram.

-Ram… tú me caes bien, pero mis padres... no sé tal vez se molesten si soy amiga tuya. Ya sabes me has secuestrado y… no creo que les caigas bien.

-No tienen por qué saber que te secuestré.

-¿A qué te refieres?

-Podrías decir que te escapaste, y esta mañana te e encontrado, y ya de paso les contamos la verdad de mi hermano y de mí.

-Sería una buena idea.

-Pues ponte la ropa de ayer, resultará más creíble, y no te peines ni te laves, así parecerá que has dormido a la intemperie.

-Vale.

-Espera.

-¿Qué ocurre?

-Me… me gustaría mantener el secreto de la cicatriz.

-Claro, pero ¿cómo demostraremos que eres Ram y no Rob?

-Solo nos tienen que ver juntos… además, yo siempre voy con una sonrisa en la cara, el suele ir serio, ¿no te parece?

-Puede que tengas razón… bueno, voy a cambiarme de ropa.

lunes, 24 de agosto de 2009

Capítulo 7

Secuestrada

(Punto de vista de Jenny)


Sonó la puerta, pegué un brinco y luego me relajé, seguramente sería el cartero con algún paquete que había pedido por Internet, abrí la puerta intentando peinarme el pelo con los dedos para no dar una imagen demasiado loca. Pero no fue el cartero al que encontré al otro lado de la puerta, sino que fue Rob. Me quedé con la boca abierta, precisamente él era la última persona que esperaba encontrarme.

-Emm… Hola Jenn.

-¿Qué… qué haces aquí?- tardé en recomponerme un poco de la sorpresa-¡Fuera!

-Escúchame por favor, solo te pido un minuto… no sé que me pasó, lo siento de veras, sabes que sería incapaz de cumplir esa amenaza, por favor Jenn…- él recogió entre sus dedos una de mis manos y la besó delicadamente, yo la aparté violentamente haciendo un esfuerzo enorme para no llorar.

-Largo de aquí, por favor…- casi fue un susurro pero el pareció oírlo y se fue.

Cerré la puerta y me hice una bola, no levanté mi rostro hasta que supe que no me volvería a entrar ganas de llorar, y me preocupé por otras cosas.

¿Y Sony?

-¡Date prisa Sony!

-¡Sí!

Escuche ruidos extraños y me dispuse a subir por las escaleras.

-¿Sony? ¿Qué haces?

Llegué a la puerta de la habitación, y vi a Sony asomada a la ventana.

-¿¡TE HAS VUELTO LOCA!?

No supe a ciencia cierta si cayó por el susto o simplemente saltó. Grité, corrí hacía la ventana, la llamé, no se movía, bajé corriendo las escaleras, caí, sentía el pantalón rasgado y mis rodillas arañadas, pero no me importó, mi cabeza solo tenía un pensamiento <>. Llegué al jardín, no había nadie, imposible… miré hacia todos los lados, mis gritos habían llamado la atención de algún vecino, que ahora se asomaba curioso por la ventana, llorando caí de rodillas en la hierva, sin saber que hacer eché a correr por todo el vecindario gritando el nombre de mi hermana, ahora todos mis vecinos me miraban desde sus respectivas casas.

-¡SONY! ¡SONY! ¡POR FAVOR, SONIA! ¡AYUDA!

No paraba de repetir lo mismo, ya casi ni veía a causa de las lágrimas, y mis sollozos ahogados apenas me permitían decir con claridad el nombre de mi hermana. Caía constantemente, el pijama ya estaba lleno de sangre y tierra, las manos me escocían, era como si miles de agujas atravesaran mi piel, no podía más, si seguía gritando corriendo y sollozando acabaría ahogada, pero me daba igual, Sony estaba en peligro, y todo por mi culpa, me empezaba a marear cada vez más, caí de bruces contra el suelo, lloraba desconsolada, grité, ahora oía pasos acercándose a mí, lo único que pude hacer fue indicarles en un susurro lo que tenían que hacer.

-Fuera, buscad a Sonia, ella es lo importante… solo ella… Rob… tenéis que encontrarles…- mi voz fue quedando más y más ahogada y por fin perdí el conocimiento.

jueves, 20 de agosto de 2009

Capítulo 6

¿Gemelos?

(Punto de vista de Sony)


Comimos sin prisas aunque, evidentemente, estábamos algo incómodos. Cuando terminamos le ayudé a recoger, yo ya me encaminaba hacia mi habitación cuando él me llamó por detrás.

-¿A dónde vas?

-A la habitación ¿Es qué quieres hacer algo?

-Bueno, había pensado que tal vez te apetecería ver un rato la tele, si tú quieres claro, te dejo elegir el canal.

Confusa volví a bajar las escaleras y me acerqué a Rob, que a su vez me sonrió.

-¿Te apetece ver algo en especial?

-La verdad es que no veo muco la tele, solo las noticias, y a estas horas se han acabado.

-¿Y una peli?

-De acuerdo ¿Cuáles tienes?

-Mas bien cuál no tengo, mis padres adoran el cine, y les encantan todos los estilos, tanto de amor, terror, comedia…-Mientras fue abriendo un armario y allí aparecieron un montón de películas, algunas compradas otras pirateadas…

-Caray… y yo que pensaba que tenía una buena colección…

-Bueno-dijo encogiéndose de hombros- tampoco ellos tienen una colección entera de todo el cine, sino harían falta miles de armarios…

-Ya…

Miramos los títulos detenidamente y separamos las que más nos gustaban.

-¿Crepúsculo?

-Entiendo que a ti no te guste, pero a todas las chicas nos chifla Edward…

-Que se le va a hacer, te e otorgado el mando del televisor…

Los dos nos echamos a reír, pusimos la película, pero yo estaba tan agotada que me quedé dormida entre sus brazos, a la mañana siguiente desperté otra vez en la misma habitación, subí las persianas y bajé a la cocina. Eran las diez, esperaba encontrar allí a Rob, pero no estaba.

-¿¡Rob!?- Nadie respondió- ¡Prometiste llevarme a casa hoy!- Nada… Angustiada comprobé todas las salas de la planta baja de la casa, no había nadie, subí arriba y con algo de vergüenza comprobé las habitaciones, nadie… oí un ruido, esa habitación ya la había comprobado antes, sabía que no había nadie, asustada bajé abajo, todos los teléfonos estaban desconectados, y la casa cerrada a cal y canto. Oí un coche en el exterior, lo reconocí, era él, estaba llegando a casa, entonces… ¿el ruido de arriba? Escuché unos pasos por la escalera, asustada cogí un cuchillo de cocina y me escondí en un armario semivacío. Miré por una rendija entre las dos puertas, apenas se apreciaba bien la silueta de un chico, ese chico era… ¿Roberto? Imposible, le había visto llegar en el coche… pronto oí el sonido de una puerta al abrirse ¿¡Otro Rob!? No, la imaginación me estaba jugando malas pasadas… ¿qué ocurría? Mi hermana nunca me dijo que fueran gemelos…

lunes, 17 de agosto de 2009

Capítulo 5

Secuestrada

(Punto de vista de Sony)


Pasaron unas horas hasta que Rob decidió volver a dar señales de vida, rato que yo aproveché para recuperar fuerzas.

-Toc, toc. Sé que estás despierta, el médico dijo que las drogas se pasarían en un par de horas.

Pensé en dar a conocer el que estaba viva o seguir con mi farsa, finalmente decidí abrir los ojos. Lentamente mis párpados se fueron abriendo dejando al descubierto mis ojos marrones.

-¿Por qué me haces esto?- dije sin rodeos.

-Yo solo quería hablar con tu hermana y ella me echó esta mañana, cuando ya me iba te vi caer. Cuando ella se separó de la ventana y fue corriendo al jardín yo miré a ver si tenías algo roto, mi padre es médico, y yo e aprendido mucho de él, cuando vi que solo estabas dolorida, lo que es normal tras caer de una ventana, te llevé a mi coche, ahora estamos en la casa de mis padres, ellos está de vacaciones, no volverán hasta dentro de una semana, para entonces estarás ya en tu casa. Tranquila te cuidaré bien, mañana te llevaré a casa.

-Pero yo quiero estar ya en casa.- Las lágrimas saltaron de mis ojos, haciendo que me escocieran y que me picara la nariz.

-Lo se… mira no quería secuestrarte ni nada de eso… solo quería que estuvieras atendida médicamente…

-Pero mis padres me llevarán al hospital, allí tendré cuidados médicos.

-No, te echarán hay gente más necesitada que tú, te darán el alta en seguida, yo conseguiré las medicinas que necesites y después te dejaré en casa.

No fui capaz de decir ni una palabra mas, me di la vuelta en la cama dándole la espalda y lloré amarga y silenciosamente.

-Emmm… te dejo sola con tus pensamientos…

¿Qué se supone que debería hacer? Podía quedarme allí, él había prometido llevarme mañana a casa, aunque no me fiaba nada de él, también podía intentar huir, auque si me decantaba por ese plan debería de quedarme un día más para recuperar fuerzas, así pues me decanté por una mezcla de esas dos opciones. Esperaría, así repondría fuerzas, si mañana no me llevaba a casa me escaparía, mientras tanto intenté parecer confiada. Pronto tuve una sed increíble, así que me levanté de la capa y de la habitación para buscar a Rob.

-¿Rob?

Pronto se oyeron unos pasos que se acercaban a la habitación.

-Me alegra ver que ya estás mejor, ¿qué quieres?

-Tengo sed, y me gustaría ir al baño.

-¡Oh! Sígueme, apréndete el camino, mira bajas las escaleras y es la segunda puerta a la derecha, y ya estamos en la cocina. Aquí tienes refrescos y comida, sírvete cuando y como desees. En la nevera tienes agua fría si lo deseas.

-Sí, claro.- Me acerqué con pasos titubeantes hacia la nevera, la abrí, estaba repleta de comida, pero no tenía apetito, busqué una botella o una jarra de agua, al fin encontré una botella de dos litros, la cogí.- ¿Y los vasos?

-En ese armario.- Señaló un armarito, la puerta estaba decorada con unas flores estilo hippy. Lo abrí después de haber observado la puerta, saqué un vaso azul y eché el agua, me la bebí de buena gana y sonriendo dejé el vaso en el fregadero, después volví a dejar la botella en la nevera y me dí la vuelta hacia Rob. Estaba apoyado en el marco de la puerta, la verdad es que era bastante atractivo, su pelo negro y aparentemente despeinado llamaba la atención a muchas chicas, pero lo más atractivo de él eran sus ojos, esos ojos marrones, que en una sola mirada te podía quemar. Sus labios reflejaban una sonrisa pícara, yo me sentí incomoda e incapaz de romper el silencio de otra manera le pedí que me condujera hacia el baño. Me acompañó hasta la puerta y me dijo que bajaba a hacer la comida.

Hice mis necesidades y me dí una buena ducha, estaba envuelta en una toalla cuando pensé que no tenía ropa limpia, no había visto mi mochila en ningún lugar, decidí salir, seguramente estaría en la habitación donde Rob había decidido alojarme. Recorrí rápida los pasillos con algo de vergüenza, hasta que me encontré con Rob en uno de ellos, llevaba mi mochila, los dos nos sonrojamos.

-Pensé que querrías ropa limpia.

-Sí, iba a recoger mi mochila, gracias.

La recogí con una sola mano mientras que con la otra evitaba que la toalla se moviera y no ocultara mi cuerpo desnudo. Volví al baño y me vestí rápidamente, después bajé a la cocina, allí estaba él, mi secuestrador, estaba cocinando una cosa que jamás había visto, pero que olía de maravilla.

-Ya casi está lista, si quieres puedes ir sentándote a la mesa.

sábado, 15 de agosto de 2009

Capítulo 4

Dolorida

(Punto de vista de Sony)

Estaba a punto de perder el conocimiento, me dolía todo el cuerpo, oía a mi hermana gritar, pero su voz sonaba demasiado lejana para entenderla… intenté hacerle señales de vida, intenté levantar el brazo, no pude… deje de intentar moverme, me relajé todo lo que pude, que no oía los gritos de mi hermana… ya no oía nada, solo sentía dolor ¿por qué a mí? Todas las precauciones que siempre he tenido para sufrir lo menos posible y ahora me caigo por la ventana de mi habitación, en un intento de ser valiente y saber la verdad…

* * *

-Se pondrá bien, no tiene nada roto.- Nunca había oído esa voz, pero al parecer debía de ser un médico, ¿estaría en un hospital?

-Me alegro…-¿Quién ha hablado?- No se como a podido suceder…

-Todo el mundo comente errores…- Otra vez el médico…

-Supongo…- ¡Ya sé! ¿Pero qué hacía aquí Rob, el ex de mi hermana, aquí?

-¿Cómo dijo que ocurrió?- Este era otro hombre.

-Ella estaba intentando que el gato bajara del tejado y se calló por la ventana. Yo estaba en el jardín, la llevé dentro de casa y llamé al 112.

¿Pero qué decía? No había ningún gato, solo yo y mis paranoias…

-¿Es su hermana verdad?

-Sí.

¡Mentiroso! Quise gritar, patalear, contar toda la verdad, abrazar a mi hermana, estar jugando con la wii… Todo había quedado atrás, no me podía mover, me dolía todo el cuerpo, Rob estaba mintiendo ¿Qué quería hacerme? ¿Sería esto la amenaza? ¿Pretendía secuestrarme? Aunque si me quería secuestrar sería para matarme y torturarme, no para llamar a un médico que me cuidara…

-Bueno nosotros hemos acabado aquí, si necesita algo llámenos.

-Gracias agente.

Oí sus pasos alejándose, se estaban yendo, eso era despedirse de las oportunidades de vivir… ¡No! Tengo que ser fuerte si he sobrevivido al caerme de la ventana de mi habitación podré sobrevivir aquí, mi hermana conseguirá salvarme, si estaba en la casa de Rob ella sabía llegar hasta allí.

Intenté volver a hablar y moverme, pero lo máximo que pude hacer fue mover un dedo, ¡un simple e insignificante dedo!

jueves, 13 de agosto de 2009

Capítulo 3

Despertar

(Punto de vista de Sony)


Desperté en brazos de mi hermana. Ella aún estaba dormida, tardé unos segundos en recordar lo que había ocurrido ayer por la noche. Miré el reloj, llegábamos tarde al instituto, lo que faltaba… ¿Y papá y mamá? ¿Por qué no nos habían levantado?

-Jenn, despierta, llegamos tarde al insti.

-¿Eh?- Ella bizqueó un poco hasta que sus ojos se situaron a la abundante luz que entraba por la ventana.- Sony, hoy es sábado…

-Es verdad… aún así, son las doce, levanta anda.

-Tienes razón, ¿te hace una partidita con la wii?

-Vale, pero necesito comer algo…- Sus tripas rugieron repentinamente- y tú también.-Las dos nos echamos a reír.

-¿La Sports?

-No… algo menos movido…-le pegué otro mordisco a la jugosa manzana- ¿La Play?

-Ok…

Ella se terminó su tazón de leche y yo aún masticando la manzana me puse a conectar todo para poder jugar.

-Ya está…

-Oye, ¿y mamá y papá?

-Ni idea…-se encogió de hombros con gesto inocente-a lo mejor siguen con sus jefes… No te preocupes, pronto estarán aquí…

Nunca se le había dado bien mentir, y esta vez lo noté.

-Claro… antes de empezar a jugar voy al baño…

-Vale, te espero.- Se tiró en el sofá despreocupada sin saber lo que yo pensaba hacer- Date prisa.

-Sí, sí…

Subí las escaleras y entré en mi habitación, cogí el móvil busqué en la agenda el número de mi madre y cerré la puerta. Pronto la voz sensual de una mujer me indicaba que el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura.

-Joder…

Busqué el de mi padre, la misma voz, el mismo mensaje…

-¿Y ahora qué? Jenn me miente, y mis padres están incomunicados…

-¡Date prisa Sony!

-¡Sí!

Tenía que escapar. Iría a ver al exnovio de Jenn. Vacié mi mochila escolar y metí algo de ropa en ella. Me quité el desgastado pijama y me puse un chándal y unas deportivas.

-¿Sony? ¿Qué haces?

Se oían sus pisadas por la escalera. Me iba a pillar, aquello no era justo… debería de tener una oportunidad de averiguar que pasaba. Miré toda mi habitación, ¿y si escapaba por la ventana? Sí, vale… esto no es una peli… ¡pero es mi única salida! Me acerqué a ella, la abrí… No, estaba demasiado alta… pero de pronto se abrió la puerta de la habitación.

-¿¡TE HAS VUELTO LOCA!?

No quise saltar, solo me asusté… y caí.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Capítulo 2

MI Hermana, La Jenny

(Punto de vista de Sony)


Por suerte no era ningún ladrón ni nada por el estilo, solo era mi hermana con su novio.

-¿Qué haces aquí, Enana?

-Papá y mamá se han ido de cena, estoy yo sola en casa. Tenía tanto miedo…-unas lágrimas resbalaron por mi rostro, y eso la ablandó un poco. Sólo no llevábamos dos años, y aunque se hacía la dura las dos estábamos muy unidas.

-Ey… tranquila, ahora estoy yo aquí ¿vale?

No podía responder verbalmente a causa de los sollozos y las lágrimas, así que simplemente asentí con la cabeza.

-¿No íbamos a estar juntos?-el novio de la Jenny era muy plasta.

-Íbamos. Ahora tengo que cuidar de Sonia.

-Oh, venga, ya no es una cría, aunque lo parece.

-No te metas con ella, que es mi hermana.

-Y yo soy tu novio.

-Eras mi novio.

-¿Qué insinúas?

-Que te dejo, estoy harta de ti. No eres más que un tiquismiquis pijo.

-Pues me voy, pero luego no quiero sms pidiendo disculpas, ni llamaditas a todas horas.

-Tranquilo, no voy a caer tan bajo como para llorar por ti.

Él tenía las manos en forma de puños, y tanto las apretaba que los nudillos estaban blancos, las venas de los brazos se le marcaban y casi podría asegurar que temblaba de ira. Por un momento pensé que iba a pegar a mi hermana. Pero se contuvo, volvió a abrir las manos y lentamente volvió a recomponer su compostura, una sonrisa maliciosa apareció en su rostro, y sus ojos brillaban divertidos, no lo entendía… ¿Qué tenía eso de divertido? Pero si mi hermana acababa de cortar con él, y hace unos segundos estaba lleno de ira, ¿qué le había hecho cambiar de opinión? Se acercó al rostro de mi hermana, y le susurró algo al oído, de repente su rostro cambió de enfado al miedo. Yo estaba detrás de ella, y observaba atónita la escena. Cuando terminó de decirle eso tan importante me dedicó una mirada, yo me hache hacia atrás, tan solo fue un acto reflejo, pero él lo notó y volvió a sonreír, después se dio media vuelta y tras mirar una última vez a mi hermana se dio la vuelta y se marchó.

Tardó un rato en recomponerse, lentamente de dio la vuelta y aunque su rostro mostraba una sonrisa, falsa, me dijo un simple <> En sus ojos aún brillaba el miedo y la incertidumbre.

-No deberías haber hecho eso por mí.

-No solo lo he hecho por ti, ya me tenía harta, ¿sabes qué? Creo que paso de tíos…

Eso no me calmó, ¿qué le había dicho al oído para que tuviera tanto miedo? Normalmente prefiero pasar de los problemas, pues la mayoría de ellos me causaría más temores, pero esta vez era algo serio, mi hermana no se asusta tan fácilmente, ella heredó todos los genes valientes, mientras que yo me quedé con los cobardes, pero preferí no presionarla, porque supe que a parte de que no hablaría de ello, simplemente me apartaría de la verdad, y su gran capacidad de convicción me haría cambiar de opinión.

martes, 11 de agosto de 2009

Capítulo 1

Tormenta

(Punto de vista de Sony)


Se avecinaba tormenta, el cielo se iluminaba con aquellos rayos entre azules y amarillos. La luz se había ido hacía un buen rato, mis padres se habían ido a una cena y yo estaba totalmente sola en casa. Sé que esta reacción en una chica de catorce años y pico no es muy normal, pero yo siempre e tenido miedo a las cosas más simples que ofrece la vida… la oscuridad, las tormentas, el crujir de las puertas y ventanas cuando reina el silencio… En fin… soy demasiado convencional, pero siempre tenía el apoyo de mis padres, cosa que ha cambiado hoy. Esta noche se fueron a cenar con unos amigos y yo estaba sola en casa. Al principio estaba contenta, como cualquier adolescente que se libra de sus padres. Había encendido el ordenador y estaba hablando por el msn cuando toda la casa se sumió en la oscuridad. Empezaron a escucharse truenos, vi rayos, estaba cagadita de miedo. Me había envuelto en una manta y miraba con los ojos anegados de lágrimas al exterior. Me había desecho de todo lo que pudiera contener metal, pues un ser muy querido para mí había muerto por culpa de una tormenta eléctrica, le había caído un rayo cuando tenía una sartén en la mano.

Escuché un paso, con la tormenta apenas se había apreciado, pero a causa de mi miedo mis oídos estaban más sensibles y la había captado. Al principio pensé que serían mis padres, ya estaba de pie y había arrojado la manta a mis pies cuando me dí cuenta de que si mis padres hubieran llegado tan pronto sería porque estarían preocupados por mí, y por tanto hubieran pronunciado mi nombre. De pronto un escalofrío recorrió mi columna vertebral, ¿de verdad había escuchado una pisada, o solo había sido una paranoia mía a causa del miedo y la angustia de la tormenta? Paralizada por el miedo me quedé ahí plantada, temblando, con el fantástico espectáculo eléctrico que tenía lugar en el exterior a mis espaldas, pero ya no me importaba la tormenta, me quedé quieta mirando la puesta cerrada de mi habitación, entonces volví a oír otro paso, no había sido una paranoia, era real, había alguien más en la casa...